sábado, 17 de enero de 2009

Año y Medio.

Estaba parada sin decir nada, las lágrimas brotaban y le mojaban la cara; estaba perpleja, inerte, inconsolable, sus manos llenas de sangre temblaban -era la única parte de su cuerpo que tenía movimiento- de pronto dejó de llorar su cara se transformó en un gesto de odio y empezó a patear el cuerpo inerte de su víctima, y empezó a gritarle: "ya nunca más volverás a hacerle daño a nadie".

Estaban los dos en un cuarto desordenado , todo estaba tirado en el suelo, ropa, adornos, objetos personales de cada uno, él la golpeaba mientras le decía:"de que te quejas si ella lo hace mejor que tú" y ella lloraba, inerte recibiendo los golpes del mal hombre que la maltraba desde hacía año y medio-ese día se cumplía año y medio de maltrato, tenía en la cabeza la fecha de la primera vez que la golpeó- el hombre le tiró la última patada y se fue.

Al salir se va a encontrar con "la otra" y cuando la ve en los brazos de otro hombre, cruza la calle y le mete un puñete, el hombre que la tenía entre los brazos le propina una golpiza que jamás olvidaría, derrotado decide irse, se fue a un bar tomó 3 cervezas y decidió ir a pedir perdón a su pareja, la única que realmente lo quería, e iba a decirle que la amaba.

Llegó a la casa ubicada en la calle "X" entró gritó el nombre de su mujer, y no le respondía la buscó por todos lados no la encontraba, pensó que se había ido y lo había abandonado, cuando estaba de espaldas, empieza a sonar un bolero- de esos que hablan de amor y son desgarradores- el voltea y le dice: "amor perdoname", ella arma en mano atinó a dispararle en la pierna, lo miraba con cara de odio y temor por lo que hacía y le dispara en la otra pierna, y le pregunta: ¿qué pasa te engañaron?, ¿te hicieron lo que a mí me hiciste? y reía desefrenadamente.

Él le rogaba por su vida, y le decía: "perdoname, nunca más lo volveré hacer, no te sacaré la vuelta otra vez, no te golpearé más" y terminó esa frase y le cayó un disparo en la cabeza.

Estaba parada sin decir nada, las lágrimas brotaban y le mojaban la cara; estaba perpleja, inerte, inconsolable, sus manos llenas de sangre temblaban -era la única parte de su cuerpo que tenía movimiento- de pronto dejó de llorar su cara se transformó en un gesto de odio y empezó a patear el cuerpo inerte de su víctima, y empezó a gritarle: "ya nunca más volverás a hacerle daño a nadie", mientras intentaba meter el cuerpo en un saco.


JLG.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

'Ta que loco weoooon!

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